Qué es la mediación familiar y para qué sirve


La mediación familiar es un proceso de resolución alternativa de conflictos en el que una tercera persona imparcial y profesional, el mediador o la mediadora, ayuda a las familias a dialogar y a encontrar soluciones satisfactorias para todos los miembros implicados en una situación de crisis o de cambio, como puede ser un divorcio, una separación, una disputa entre padres e hijos, una herencia, etc.

La mediación familiar tiene como principal objetivo fomentar una aproximación entre las personas inmersas en un conflicto de pareja, permitiéndoles clarificar e identificar los intereses comunes, para desarrollar una negociación que se concrete en acuerdos beneficiosos para toda la familia

La mediación familiar se basa en los siguientes principios:

  • Voluntariedad: las partes acuden a la mediación por su propia voluntad y pueden abandonarla en cualquier momento.

  • Confidencialidad: todo lo que se diga o se haga en la mediación queda protegido por el secreto profesional y no puede ser utilizado en un proceso judicial posterior.

  • Imparcialidad: el mediador o la mediadora no toma partido por ninguna de las partes ni impone soluciones, sino que facilita la comunicación y el entendimiento entre ellas.

  • Flexibilidad: la mediación se adapta a las necesidades y circunstancias de cada caso, sin seguir un procedimiento rígido ni limitado por plazos.

  • Participación activa: las partes son las protagonistas del proceso y las responsables de tomar sus propias decisiones.

La mediación familiar tiene múltiples ventajas frente al procedimiento judicial, como por ejemplo:

  • Ahorro de tiempo y dinero: la mediación suele ser más rápida y económica que un proceso judicial, ya que evita los trámites burocráticos y los costes asociados a los abogados y las tasas judiciales.

  • Preservación de la relación: la mediación favorece el respeto mutuo y la cooperación entre las partes, lo que reduce el nivel de conflicto y de estrés y mejora la convivencia familiar, especialmente cuando hay hijos menores o mayores dependientes.

  • Autonomía y satisfacción: la mediación permite a las partes tomar sus propias decisiones de forma consensuada y adaptada a sus intereses y necesidades, lo que aumenta el grado de cumplimiento y de satisfacción con los acuerdos alcanzados.

 

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